Cuando necesitamos seguridad y trazabilidad se diría que es el momento en que blockchain debe entrar en juego en esta “nueva normalidad”. Vemos cómo se había comportado durante la crisis de la COVID19 y su futuro.
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El momento para blockchain en salud es ahora (I). Expectativas.
A primeros de año escribí que 2020 era el año de la confianza en la salud digital, pero quien nos iba a decir que pasados unos meses se convertiría en el año de la telemedicina.
Según Frost & Sullivan y su top de predicciones estaba previsto un crecimiento en telemedicina y sobre todo en las consultas virtuales más allá de la gestión de enfermos crónicos pero, evidentemente, nunca se esperaba una explosión como la actual, y con intención de ser permanente.
Por lo tanto las previsiones para 2020 se ha trastocado, en algunos casos acelerado como con la IA, pero aún no está muy clara su función, con bastantes riesgo y limitados beneficios.
Volver la mirada sobre el informe de Deloitte “2020 Global Health Care Outlook. Laying a foundation for the future” nos permite comprobar que se auguraba un aumento de los sistemas basados en blockchain, en varios casos: la cadena de suministro de productos sanitarios, los ensayos clínicos y las transacciones entre distintos sistemas de información sanitarios.
El momento para blockchain en salud es ahora (II). Privacidad.
Pese a todo, blockchain ha tenido su participación, limitada por supuesto, en ayudar a la gestión de esta crisis. Porque uno de las aspectos con que nos hemos encontrado ha sido la preocupación general y el debate alrededor de los datos, su seguridad y la privacidad del usuario (paciente o ciudadano)
En este punto, y con un futuro escenario de vigilancia tecnológica y de riesgo de uso inadecuado de datos personales (y sanitarios) merece la pena detenerse en el proyecto de identidad digital soberana de Alastria.
ID Alastria ya está en formato MVP (Producto Mínimo Viable) y sobre él se han realizado proyectos como Dalion impulsado por empresas del sector bancario y seguros que pretende que las personas decidamos qué información digital forma parte de nuestra identidad y controlar quién puede acceder a esos datos.
O el proyecto Digitalis que será utilizado por un consorcio de grandes empresas para crear la identidad digital de sus proveedores en común.

El modelo Alastria ID es un sistema de identidad tipo cartera virtual, donde dispondremos de nuestros atributos personales y podremos ver con quién hemos compartido qué dato y pedir su eliminación o la revocación de permisos.
El momento para blockchain en salud es ahora (III). Proyectos COVID19.
Pero volviendo a las predicciones, la cadena de suministros sanitarios ha sido uno de los objetivos en la implantación de proyectos de cadena de bloques, y en este caso impulsada por una gran tecnológica. IBM.
En el mes de marzo, IBM creó la plataforma “Rapid Supplier Connect” para ayudar a las organizaciones sanitarias a conectar con otros proveedores no habituales y conseguir un suministro de productos de protección sanitaria contra el coronavirus, que ahora tanto escasean.

El proyecto valida e identifica a los proveedores de forma eficiente y provee de un inventario de activos en tiempo real. En la cadena de bloques también participan empresas que aportan la identidad digital de los proveedores, aseguran su solvencia económica y garantizan el control ante posibles fraudes.
Asegurar los datos de la pandemia e integrar fuentes verificadas ha sido otro cometido de blockchain. IBM (otra vez) y Oracle puso en marcha el proyecto MIPASA que pretende por un lado conciliar fuentes de datos como cifras de las OMS o de la CDC norteamericana, o la ECDC Europea, entre otros con información sobre datos de salud y ubicación de las personas, protegiendo la privacidad de la información.
El momento para blockchain en salud es ahora (IV). Proyectos COVID19.
Otro proyecto puesto en marcha al comienzo de la crisis del coronavirus, fue una plataforma de ayuda mutua china que permitía un pago a los afectados por virus. Los solicitantes presentaban los documentos que evidenciaban su afectación y estos se almacenaban en una cadena de bloques, de forma que quedaban seguros y accesibles. Con este proyecto se consiguió acelerar la gestión de la reclamación y reducir el fraude.
Incluso en nuestro país, se ha puesto en marcha un registro de los resultados de los test COVID19 almacenado en una cadena de bloques. El proyecto realizado por BlockTac supuso el anuncio de la primera emisión de certificados digitales para los pacientes sometidos a pruebas del coronavirus.

La información se obtiene de los laboratorios de los centros asociados a ACES (Asociación Catalana de Entidades de Salud) que voluntariamente han accedido a este servicio. Al igual que los ciudadanos que reciben los certificados en formato electrónico y que pueden conservarlos en la aplicación i-Covid19.
El momento para blockchain en salud es ahora (V). Pharma.
Finalizo el recorrido con un proyecto de cadena de sumistro de productos sanitarios realizado desde la plataforma Mediledger, una red blockchain privada en la que participan laboratorios (Bayer, Pfizer, Gilead…) y distribuidores farmacéuticos.
En este caso se pretende automatizar y asegurar el requisito legal de que los medicamentos devueltos por las farmacias deban ser identificados y verificados por el fabricante antes de ser puestos de nuevo a la venta. La verificación es realizada de forma virtual y asegurada en una cadena de bloques. Preparado para cuando comience la Drug Supply Chain Security Act norteamericana, está pilotado por la FDA.

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Autor: José Miguel Cacho. LinkedIN