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Hace bastantes años que ya existe tecnología disponible para la comunicación médico-paciente. Y pese a las dificultades y reticencias, que aún hoy en día existen, cada vez son más los servicios de salud públicos y privados que tienen proyectos en distintos grados de madurez, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Ejemplos de consultas digitales
Podríamos empezar por Cataluña donde desde hace un tiempo está disponible en “La Meva Salut” un espacio digital personal, de consulta y de relación, donde se accede a información personal de salud y servicios de trámites on line.

Su eConsulta permite enviar consultas con la posibilidad de añadir ficheros y el profesional sanitario responde en un plazo máximo de 48 horas en días laborables.
Actualmente las altas en “La Meva Salut” ha aumentado 37% desde 2017 y cuenta con más 450 usuarios.
¿Está este servicio digital reduciendo las visitas presenciales?. Según este informe (“Resultados preliminares de un estudio sobre eConsulta en Cataluña Central“) y teniendo en cuenta los 2.268 casos gestionados por esta modalidad, los resultados de los diferentes tipos de consulta muestran que evitan las visitas en más de un 70% de los casos. Siendo los más utilizados la gestión de pruebas médicas, motivos clínicos (en general) y la gestión del plan de medicación.
Como dice el informe, parece relevante que sea un motivo clínico uno de los tipos de consulta más tipificado, pareciendo sugerir que hay demanda de un modelo de atención no presencial para solucionar problemas de salud. Con esa intención también hay servicios semejantes como YoSalud con más de 10.000 pacientes inscritos y 9.000 mensajes gestionados.
Videoconsultas
Entonces, avanzando un poco más allá en las consultas virtuales ¿Están dispuestos los ciudadanos / pacientes a realizar una videoconsulta por una enfermedad leve o secundaria?

El estudio de la farmaceútica Stada “El futuro de tu salud” basado en 18.000 respuestas en nueve países europeos, informa que el 61% de los españoles realizaría o bien le daría una oportunidad a este tipo de servicio en función del ahorro de tiempo y el tipo de enfermedad. Este porcentaje es algo superior a la media europea.
En cambio el 23% de los encuestados consideran que la interacción personal es muy importante para ellos.
Pero, finalmente, todos estos datos son encuestas donde se plasman deseos o intenciones. Realmente la medición debe hacerse sobre datos reales, y ahí es donde encontramos que en UK los resultados ofrecidos por askmyGP muestran que las consultas de vídeo (en este caso a médicos de primaria) están siendo mucho menos utilizadas que otras opciones como la mensajería o el teléfono.

(“Video hits the buffers for GP consultations“). Los datos del primer trimestre de 2019, a partir de una muestra de 21 prácticas y 213.000 pacientes, dicen que hubo solicitudes de consulta por vídeo en solo el 0,1% de los casos, en comparación con el 47% para una llamada de teléfono, el 28% para la mensajería segura y el 25% para las visitas presenciales.
Aunque se desconocen los motivos de tan baja utilización, se sospecha que el hecho de ser comunicaciones síncronas necesitan que tanto el paciente como los profesionales estén al mismo tiempo disponibles para la videoconsulta. En muchos casos son más efectivas las consultas mediante herramientas de mensajería que son modalidades asíncronas.
Datos en España
Estos datos no son muy diferentes a los que ha presentado Sanitas en su informe de consultas virtuales. Según esta organización su servicio de videoconsulta se lanzó a finales de 2015 y ya ha registrado más de 25.000 consultas médicas a través de vídeo. Actualmente son 2.000 al mes, siendo las consultas virtuales el 8% del total realizado.
El informe no aclara demasiado bien, pero así lo creemos, que estas llamadas “consultas virtuales” agrupan todo tipo de consulta no presencial. Y entendemos que estas 66 consultas diarias son únicamente videoconsultas.
En cualquier caso, parece que la adopción de las consultas virtuales a profesionales sanitarios es creciente y que como suele ser habitual, son los usuarios los que deciden qué mecanismo o tecnología utilizarán independientemente de las previsiones del mercado. Y siempre utilizarán las herramientas que realmente les resuelva su necesidad.
Estos contenidos son una selección del servicio “Knowledge eHealth”

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