En la segunda parte de los artículos sobre el reto tecnológico que supone la lucha contra la pandemia del coronavirus, reviso las estrategias, acciones y soluciones en el ámbito de la salud digital que se están adoptando en todo el mundo. Estamos comenzando una nueva era.
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Covid-19: tecnología contra la pandemia (I). La información.
Esta es la segunda entrega sobre la crisis de la COVID19. Puedes leer la 1era para tener una visión retrospectiva en modo de relato cronológico.
Cuando el covid-19 llegó a Europa, aún estábamos viendo las iniciativas de monitorización asiáticas que incluían reconocimiento facial, big data y geolocalización, e incluso robots. Y tuvimos la percepción que los datos fidedignos serian de gran ayuda porque era necesario hacer predicciones sobre la pandemia. En cambio los datos sesgados e incompletos, serían un obstáculo para contener la crisis del COVID-19.
Eso significaba que los países que estaban sufriendo el coronavirus deberían mostrar su información, algo que contrastaba con la falta de transparencia china y con su gestión, que fue duramente criticada.
Incluso Harari manifestó que contra el coronavirus es más importante la información que el aislamiento. Evidentemente hablaba de nuestra capacidad de intercambiar información, de conocer la mejor forma de estar aislado para lo cual era esencial tener información fiable sobre las causas y la transmisión del SARS-CoV-2.
Esta pandemia, si algo nos ha dejado, es nuestra capacidad para recoger gran cantidad de datos y compartirlos. Aunque desgraciadamente la IA actual necesita una enorme cantidad de datos confiables para funcionar. Y es más ‘hype’ que realidad (por ahora), como dice Ramon López de Mántaras Badia, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC
“Si realmente queremos responder mejor ante futuras pandemias, los países deberán llegar a acuerdos internacionales para compartir datos en tiempo real sobre diagnósticos y admisiones hospitalarias.”
Covid-19: tecnología contra la pandemia (II). Los datos
En estos días nos hemos llenado de gráficos y curvas logarítimicas con datos que mostraban la tasa de propagación del virus y sus efectos. Esos datos se han utilizado para crear modelos matemáticos como los que nos aconsejan seguir con los niveles de confinamiento actuales y hacer más test.

O los que calculan el impacto del estado de alarma en la tasa de contagios, y por supuesto los que tratan de estimar el número de casos reales de contagios para aventurar el impacto de esas tasas en los servicios sanitarios.
El objetivo es actuar con anticipación para no colapsar la atención sanitaria. Un par de ejemplos: Health Catalyst publicó su COVID-19 Hospital Impact Model for Epidemics y aquí en España Julio Bonis trabajó sobre otro muy similar.
Covid-19: tecnología contra la pandemia (III). La Inteligencia Artificial
En la disciplina del “computer vision” o visión artificial, las pruebas de imagen de pacientes con neumonía SARS-COV-2 están sirviendo para alimentar sistemas de deep learning y entrenar algoritmos para detectar casos sospechosos.
Como el que QUIBIM ha puesto a disposición de médicos. O la plataforma COVID-Net con miles de imágenes de enfermedades pulmonares que ha sido lanzada públicamente para ayudar a los investigadores en el diagnóstico de la enfermedad de forma fiable.
En Valencia se está trabajando para la creación de una herramienta con AI de ayuda a la detección temprana, pronóstico y triaje que facilitará la estratificación del riesgo de pacientes.
Pero, pese a todo, lo que parece es que la IA y el big data no harán milagros en la lucha contra el coronavirus. Aun así, los proyectos que la utilizan son tantos que no es fácil hacer una inventario. Un acercamiento recomendable escribieron en STAT’s guide to how hospitals are using AI to fight Covid-19.
Covid-19: tecnología contra la pandemia (IV). La salud móvil
Ante la gran cantidad de casos y la necesidad de informar a la población, como ya recogí en el anterior artículo, las iniciativas para rebajar la carga de los teléfonos de emergencia y al mismo tiempo hacer de autochequeo, han sido muchas. En Madrid, Cataluña y País Vasco se han realizado apps, y en otras comunidades se está resolviendo con páginas web.

El gobierno está trabajando en una app como filtro previo a los teléfonos 900 y como ayuda a las comunidades que aún no cuentan con una app propia para gestionar digitalmente las consultas de los ciudadanos sobre la pandemia. También ha aclarado que no vigilará si un ciudadano cumple la cuarentena ya que no es legal hacer seguimiento individual de las personas.
Estos mecanismos de testeo de síntomas se han generalizado en todo el mundo: ejemplos de USA, UK, y también como iniciativas de grandes tecnológicas como Apple.
Pero también están en marcha otros proyectos más cercanos a las apps de tracking asiáticas que tanta repercusión en la prensa han tenido por su éxito en el control de la pandemia. Ya han surgido noticias como que Italia consideraría medidas más invasivas, que no se centren en datos anónimos, sino en una monitorización más específica e individual.
De igual forma tanto Reino Unido como Alemania están sopesando la intención de lanzar apps que de una forma instantánea y anónima puedan trazar los contactos entre personas.
Covid-19: tecnología contra la pandemia (V). Tracking y geofencing
Sistemas muy similares al de Singapur donde se utiliza la comunicación bluetooth para conocer el historial de relaciones cercanas entre personas en el caso de que haya algún positivo por coronavirus.
Estas iniciativas pueden ser masivamente adaptadas ya que un reciente estudio de la Oxford University ha concluido que este tipo de apps podrían ayudar a reducir significativamente la velocidad de transmisión. Y ayudar a los países a salir de los confinamientos de manera segura, siempre que sea utilizadas por un significativo número de personas.
Trace Together, que así se llama la app utilizada en Singapur, utiliza el bluetooth para convertir al móvil en un radar que recoge identificadores cifrados de las personas con las que te encuentras a menos de 1 metro de distancia. En el caso de dar positivo, y si se ceden los datos a las autoridades, se conocerá el histórico de contactos y se podrá actuar en consecuencia.
La gestión de la crisis en Singapur fue inmediata al identificar y aislar a los primeros positivos y comenzar a buscar sus contactos. Actualmente Singapur tiene menos de 1.000 casos y 3 fallecidos.
Algunas experiencias imaginativas también están utilizando datos colectivos de wearables (frecuencia cardiaca, sueño, actividad) con los que se rastrea la aparición de la gripe y que ahora quieren utilizarse para detectar brotes de covid-19.
O el éxito de la app covid.joinzoe un rastreador de síntomas que pide a sus participantes (ya más de 2 millones de personas) que respondan diariamente a sencillas preguntas sobre su estado de salud actual o si han notado algún síntoma nuevo. Con esta vasta información los investigadores quieren entender mejor el inicio y el progreso de la enfermedad y dónde aparecerán nuevos brotes.
Covid-19: tecnología contra la pandemia (VI). Procesos asistenciales
Otra perspectiva es cómo la gestión tecnológica de la pandemia ha permitido adaptar los procesos asistenciales a las necesidades. Un caso de ejemplo basado en experiencias en China está siendo la utilización de los autochequeos digitales para posteriormente dirigir a las personas con sospecha de contagio a realizar pruebas. En esta vía ha trabajado Alphabet / Google en la Bahía de San Francisco.
Experiencia que a nivel local también se realiza en Andalucía y Vigo.
Muy interesante también es el proyecto del registro Covid-19 de la empresa vasca ubikare, que se basa en compartir información científica entre hospitales y usar algoritmos para tomar decisiones en tiempo real basadas en estos datos. El objetivo es determinar entre los pacientes que entran en urgencias con síntomas, cuáles pueden atenderse en casa o cuáles deben ingresar. En la actualidad ya hay 50 hospitales españoles que están utilizando la plataforma.
De estos nuevos procesos digitales tenemos ejemplos en Polonia, donde usan una app para que las personas que han regresado de viaje del extranjero, y por lo tanto están en cuarentena, envíen selfies para demostrar que están cumpliendo la cuarentena obligatoria.
Un objetivo compartido con Hong Kong que para controlar el confinamiento de quien entra en el país (no permiten turistas) utilizan una pulsera en modelo “geofencing”. Esta app hace un barrido por las redes de comunicación (wife, bluetooth, telefónia) para crear un mapa del entorno y así controlar y limitar los movimientos de la persona confinada.
Covid-19: tecnología contra la pandemia (VII). Telesalud
O el confinamiento de 14 días del personal sanitario que es controlado por la Johns Hopkins mediante una herramienta de telemedicina que controla síntomas y temperatura mediante un formulario y eConsultas asíncronas mediante vídeo.
Y para los casos detectados como leves es muy interesante el proyecto de monitorización remota HSE COVID-19 disponible en varios hospitales de Irlanda. Utilizan un pulsioxímetro y un registro del nivel de diasnea, temperatura y otros síntomas para mantener controlados a los infectados en sus domicilios.
Esta fórmula no deja de ser una reutilización inteligente de una plataforma de telemonitorización.
Y finalmente un caso muy interesante referido a las personas que se autoaislan por síntomas sospechosos de coronavirus. La experiencia del NHS que envía mensajes de texto con la intención de dar tranquilidad y preguntar por su estado de salud. Está especialmente dirigido a aquellas personas más vulnerables o que viven solas.
Covid-19: tecnología contra la pandemia (VIII). Open y la solidaridad
El impulso de comunidades de profesionales asistenciales y tecnólogos para luchar contra la pandemia está siendo enorme. Facilitado por la interconexión global, las redes crean grupos para trabajar en proyectos de forma conjunta. Como los grupos de impresión 3D CoronavirusMakers, o el Open Source Ventilation Project en la creación de respiradores bajo modelos “open”. Este es un solo ejemplo de otros muchos proyectos de innovadores que arriman el hombro.
En el ámbito del software quiero destacar a los participantes en el grupo de Telegram #aplanalacurva o la plataforma FrenaLaCurva que han publicado un servicio de geolocalización para ayuda mutua entre vecinos.

Y finalmente no me quiero olvidar de los profesionales sanitarios que se han unido para realizar asesoramiento. eConsultas gratuitas de forma solidaria para evitar el colapso de urgencias, por ejemplo en twitter con los hastags #iniciativasanitaria, #consultasolidaria, #MedicosFretealCovid o redes de dermatólogos como dermasolidaria.
Quedan en el tintero más acciones de telemedicina, supercomputación, secuenciación y sobre todo una discusión sobre el efecto que todos estos proyectos están teniendo en cuestiones de privacidad, seguridad y ética tecnológica… que se quedarán para nuevas entregas.
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