Con sus limitaciones y riesgos, las soluciones tecnológicas para Salud Mental deben explorarse de forma prudente, pero algunas iniciativas son prometedoras y consiguen incorporarse en los planes de los servicios de salud. Hacemos un recorrido por las más interesantes. Este artículo es continuación de “El reto de la transformación digital en Salud Mental“.
El boom de la Salud Mental conectada (I): necesidades
Según la Encuesta de Morbilidad Hospitalaria del INE las patologías que causaron más estancias hospitalarias fueron las relacionadas con los trastornos mentales. Y además fueron las estancias más prolongadas. Esta encuesta corresponde al año 2019.
Hoy los efectos indirectos de las medidas tomadas para paliar la pandemia se traducen en un incremento de los trastornos de salud mental con una explosión de los casos de trastornos de la conducta alimentaria. Y con una incidencia más perjudicial en los jóvenes a lo que se añade la dificultad en el acceso a psicólogos clínicos del SNS. Esta situación ha derivado a la utilización de servicios online.
Y es que la literatura disponible sobre la investigación de la denominada Salud Mental Conectada no ha dejado de crecer. Se han detectado múltiples barreras y facilitadores de la participación de los usuarios en estas intervenciones digitales de salud mental, que van desde creencias y capacitación hasta factores tecnológicos o su integración en la vida diaria del paciente.
El boom de la Salud Mental conectada (II): ejemplos
Como ya sabréis los lectores habituales, Alemania puso en marcha el “Digital Health Applications DiGA Fast Track”. Su intención es facilitar la incorporación de “asistentes digitales” para el diagnóstico, tratamiento de enfermedades y el apoyo a un estilo de vida saludable, e incorporarlos a su servicio de salud. Actualmente de las 12 apps aprobadas 5 tratan problemas de salud mental.
- Deprexis; Programa de terapia digital contra la depresión.
- Invirto: para la ansiedad.
- Selfapy: también para la depresión.
- Somnio: trastornos del sueño.
- Velibra: contra los miedos.

El boom de la Salud Mental conectada (III): estrategias
No cabe duda de que este tipo de políticas añaden expectativas para que las soluciones digitales contribuyan a reparar las necesidades de gran parte de la población. Según escriben en Research 2 Guidance hay cuatro motivos para este “hype” que han recibido los últimos meses:
- Las empresas de terapias digital (DTx) están añadiendo programas de salud mental a sus servicios.
- Están aumentando las inversiones en soluciones digitales de salud mental.
- Estas soluciones digitales son muchas y variadas. Casi es un mercado por sí mismo.
- Son las primeras que están siendo reembolsadas.
El artículo también recoge las estrategias para que los proveedores de estas soluciones las mejoren:
- Integración con los sistemas de salud.
- Diseño de servicios para pacientes de casos moderados y graves, y enfermos crónicos.
- Diseño con características diferenciadoras.
- Incorporación de soluciones tecnológicas innovadoras.
El boom de la Salud Mental conectada (IV): ¿funcionan?
Sin llegar al nivel de las terapias digitales (como sabéis tienen que demostrar su evidencia científica, ahorros y beneficios para el sistema de salud), durante estos meses pasados los servicios de salud tuvieron que transformar sus servicios presenciales en virtuales. Por ese motivo han crecido los servicios de telepsiquiatría, y probablemente continuarán de forma habitual debido a la demanda de los pacientes.
Antes de ver más ejemplos vamos con las necesarias prevenciones. ¿Funcionan las apps chatbot de terapia basadas en inteligencia artificial? se preguntaba este excelente artículo de Gizmodo. En realidad, este tipo de apps que proliferan en los “stores” están poco controladas porque sus servicios son de “apoyo” y no de tratamiento. De esta forma evitan las regulaciones.

Además, parece que los usuarios de estas apps no son demasiado exigentes con la validez de las técnicas terapéuticas que utilizan, mientras ellos tengan la sensación que tienen un papel más activo en la gestión de su bienestar. Tengo que volver a recordar que un estudio de 2019 señaló que las intervenciones psicológicas independientes (es decir sin apoyo de terapeuta o servicio sanitario) no se pueden recomendar actualmente debido a su bajo nivel de evidencia científica.
El boom de la Salud Mental conectada (V): otras iniciativas
Pero el mercado no se ha detenido en soluciones de telemedicina para los pacientes y las mismas tecnologías que están poniendo patas arriba la gestión de la salud, buscan su influencia en estas patologías.
En el uso de la inteligencia artificial mediante asistentes virtuales, según algunos estudios en general los pacientes perciben una utilidad alta y una facilidad de uso en estos chatbots de salud mental. Claro que también se recomienda, para un mayor control, que estas herramientas estén integradas en los procesos de atención médica y participen de las recomendaciones y los planes de tratamientos médicos. Además de ser aceptadas y ser consideradas útiles por los profesionales médicos.
Otro de los focos de atención son las terapias que utilizan la realidad virtual y aunque existen empresas de amplia trayectoria, en España Psious, el crecimiento de Oxford VR puede colocar a esta tecnología en la punta de lanza de algunos tratamientos.
Más inversiones interesantes en nuestro país son las recibidas por Koa Health, una startup exTelefónica, que ofrece soluciones digitales basadas en terapia conductual. O el proyecto que impulsó la Universidad Carlos III y fructificó con la empresa Evidence-Based Behavior (eB2) y su solución eB2-MindCare que realiza evaluaciones objetivas y funcionales del estado de los pacientes psiquiátricos.
El boom de la Salud Mental conectada (V): servicios de salud
Buscando entre los servicios de salud más innovadores nos encontramos con la app Flow que fue calificada positivamente por Orcha y es aconsejada por el NHS para la prevención y tratamiento de la depresión. O las pruebas que realizó Kaiser Permanente, que durante dos años puso a disposición de pacientes herramientas digitales con las que continuaba el flujo asistencial, con resultados prometedores.

Hay que finalizar con la vista puesta en las repercusiones y los problemas éticos. Por eso es aconsejable la opinión de los profesionales clínicos que no niegan que puedan ser unas herramientas útiles “pero debe atenderse a sus limitaciones y riesgos, y debe explorarse, de forma prudente, desde una aproximación clínica centrada en el paciente, aunque algunos ejemplos recientes son prometedores”.
Autor: José Miguel Cacho. LinkedIN
Si te ha gustado y quieres leer más artículos y conocer mis novedades en CuraeSalud, recibe quincenalmente mi boletín.