A raíz de la postura del proveedor de sistemas tecnológicos sanitarios EPIC Systems sobre la norma nortemericana antibloqueo de información, explicamos por qué cambiar el modelo organizativo sanitario es imposible sin la interoperabilidad.
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El “rollo” de la Interoperabilidad sanitaria (I): Un avance para los pacientes
La “21st Century Cures Act” (Ley de Cuidados del S.XXI) fue promulgada por el Congreso de los EEUU en diciembre de 2016 con la intención de acelerar el desarrollo de productos sanitarios y atraer nuevas innovaciones y avances para los pacientes.
Uno de los aspectos más polémicos de la ley se produjo en la modificación de operativa de la FDA. Los defensores de su implantación argumentaron que mejoraría el proceso de aprobación de medicamentos para llevar los tratamientos de forma más rápida a los pacientes. Mientras que los opositores dijeron que la norma permitiría aprobar nuevos medicamentos y dispositivos con menos controles con el consiguiente riesgo para los pacientes.
Pero además también definía la interoperabilidad, con respecto a las tecnologías de información de salud, como una modalidad que permite:
- El intercambio seguro de información de salud electrónica y el uso de esta información desde otro sistema de información sin esfuerzo por parte del usuario.
- El acceso, intercambio y uso de forma completa de toda la información de salud accesible electrónicamente para un uso autorizado según la ley, sin constituir un bloqueo de información.
El “rollo” de la interoperabilidad sanitaria (II): Bloquear la información
Es decir, la ley definió la interoperabilidad y prohibió el bloqueo de información que definió como una práctica que:
probablemente interfiere, previene o desalienta sustancialmente el acceso, intercambio o uso de información electrónica de salud.
El bloqueo de información se sancionaría teniendo en cuenta su naturaleza, alcance y daño, incluyendo el número de pacientes y/o proveedores afectados y el tiempo que durase la acción.
Al definir el bloqueo de información se dio un paso adelante para evitarlo de forma efectiva y a su vez proteger la interoperabilidad.

A principios de 2019 el departamento de salud (HHS) propuso una nueva norma añadida a la ley, para respaldar el acceso, el intercambio y el uso seguro y sin inconvenientes de la información de salud electrónica: “21st Century Cures Act: Interoperability, Information Blocking, and the ONC Health IT Certification Program”
¿Cómo? Incluyendo unas condiciones para los requisitos de certificación de los desarrolladores TIC de salud que promuevan la interoperabilidad y evitasen el bloqueo de información.
El “rollo” de la interoperabilidad sanitaria (III): El derecho de acceso
De forma muy clara el gobierno USA declaró que el objetivo es que:
“el público tenga derecho de acceso ‘tecnológico’ a su información de salud para que pueda tener control sobre las aplicaciones que elijan”.
La norma está bajo revisión que se espera finalice este mes de febrero. [ACTUALIZACIÓN: Las dos normativas, tanto la que afecta a proveedores sanitarios privados de la ONC como públicos de Medicare ya han sido publicadas.] Ante esta situación, el principal desarrollador de software de registros médicos EPIC Systems envió un correo electrónico a algunos de sus clientes, grandes hospitales de EEUU, donde les solicitaba oponerse a la regulación. [ACTUALIZACIÓN: 60 cadenas de hospitales han firmado la carta de oposición a las norma).
El argumento de la compañía es que la norma dará como resultado que los desarrolladores de aplicaciones tengan acceso a los datos de los pacientes sin su consentimiento.
Por otro lado los defensores de la norma creen que hacer accesibles los registros sanitarios a través de APIs tiene un impacto positivo para la salud del paciente al tener datos compartidos de diferentes proveedores asistenciales. También critican que los grandes proveedores de tecnología no hacen lo suficiente para solucionar el problema.
El “rollo” de la interoperabilidad sanitaria (IV): Adopción tecnológica
Hace unos días, otros proveedores de TI se manifestaron de forma contraria a EPIC. Su principal rival, Cerner, dijo que ellos “adoptaban la interoperabilidad y el flujo de información y apoyaban completamente la norma y el proceso de reglamentación”.
Microsoft Healthcare también respaldaba las propuestas porque “se basan en estándares modernos”. Incluso la Carin Alliance, una asociación multisectorial que trabaja para “avanzar en el intercambio de información de salud dirigido por los consumidores”. La organización considera que aunque hay diferencias en detalles, las reglas deben aprobarse y publicarse de inmediato, al ser beneficioso para todas las partes. Los motivos son:
- Que los ciudadanos podrán acceder a sus datos asistenciales utilizando APIs estándar y seguras HL7® FHIR® y la app (aplicación) que elijan.
- Que permitirá soluciones personalizadas más seguras y con un acceso más completo a la información médica para ayudar a las necesidades individuales incluyendo sus preferencias de privacidad.

El “rollo” de la interoperabilidad sanitaria (IV): El Sistema Nacional de Salud
En nuestro país, echamos la vista atrás y comprobamos que hace 11 años, la interoperabilidad marcaba el Inforsalud 2009 y un año después era la clave para un Sistema Nacional de Salud sostenible
Y es que los proyectos de interoperabilidad nos resultaban (y los hacíamos por nuestra propia incapacidad) muy complicados aunque se sabía que eran necesarios, como suele ser habitual nos costaba medir su impacto para realmente darnos cuenta de su importancia.
Han transcurrido más de 10 años y aún es noticia la integración de información de Atención Primaria con la Historia Clínica hospitalaria.
Quizá tuviera razón Julio Mayol, cuando dijo en 2016 “la interoperabilidad no funciona porque es contraria al modelo asistencial. Me pagan por hacer bien lo mío”
La innovación tecnológica nos ha puesto en un nuevo escenario donde sospechamos que el acceso a datos clínicos usando APIs que conecten con apps permitirá a las personas comprender y controlar mejor su salud.

Pero mientras tanto nos distraemos con temas como las tarjetas sanitarias cuando los servicios del Sistema Nacional de Salud (y de muchas de las Comunidades Autónomas) van extremadamente despacio. Y el Sistema HCDSNS (Historia Clínica Digital del Sistema Nacional de Salud) tiene la mitad de los servicios e informes sin conexión entre CCAA según el informe del Ministerio a enero de 2020.
No perdamos de vista el objetivo: cambiar el modelo organizativo sanitario con una atención donde esté el ciudadano y fomentar su empoderamiento, es imposible sin la interoperabilidad.
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