Tanto el big data como la IA están llamados a cambiar la gestión sanitaria, pero esta gran crisis ha rebajado nuestras altas expectativas. Sólo la telemedicina ha salido fortalecida.
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La nueva normalidad de la tecnología en sanidad (I). Fase 0
Como bien dice Aitor Guitarte los sistemas de salud intentan adaptarse a marchas forzadas arrastrando sus costumbres basadas en lo analógico, pero los cambios se están produciendo más rápido de lo que lo han hecho en los últimos 12 años.
Hace unos días se hizo público el informe “Recomendaciones sanitarias para la estrategia de transición” del Ministerio de Sanidad. En el apartado de Asistencia Sanitaria Reforzada se incluía la recomendación de “utilizar aplicaciones y herramientas informáticas para la detección de casos posibles y seguimiento de los mismos y para la identificación y seguimiento de contactos”. Referencia directa a las iniciativas de apoyo en el control de la epidemia basadas en web y apps, incluidas las tan controvertidas aplicaciones de seguimiento de contactos “contact tracing”.

Un tema que no voy a tratar hoy pero como adelanto incluyo esta reflexión del Harvard Business Review.
“Hay múltiples esfuerzos en curso para rastrear a las personas infectadas con el virus y sus contactos, o para ensayos clínicos que compiten para inscribir al mismo grupo de pacientes. Ese trabajo de duelo es típico de cómo funcionan los mercados en el sector privado. Pero no hay nada típico en responder a una pandemia.”
La nueva normalidad de la tecnología en sanidad (II). Telemedicina USA.
El informe también incluía la recomendación “favorecer la telemedicina para consultas” una frase tan escueta como general y demasiado tímida. Porque como hemos pedido repetidas veces y volvió a solicitar Julio Lorca sería necesario un plan estatal, y acciones como hacen el resto de países europeos. Y Frederic Llordachs escribió unos cuantos ejemplos.
Y no sólo el uso de vídeo, que por ejemplo fuentes en USA hablan de un crecimiento del 2.000% en salud (tomadlo con prudencia), sino que encuestas más fiables apuntan a que cerca de la mitad (48%) de los médicos USA están tratando a sus pacientes a través de la telemedicina cuando en 2018 sólo era el 18%.
Algo está cambiando irreversiblemente si hasta tendencias, digamos que audaces, como los kioskos de telemedicina está reduciendo la visita a urgencias en un 11%.

Detrás de estos número está el incremento por 37 en comunicaciones con los pacientes que ha provocado la COVID-19 en USA.
Basta preguntar a la población para que surjan datos como que el 65% de los “consumidores” (terminología anglosajona) estarían dispuestos a usar ahora la telemedicina, aunque hasta hoy sólo lo haya hecho un 8%.
La nueva normalidad de la tecnología en sanidad (III). Telemedicina España.
Aquí, en España las iniciativas se han multiplicado. En la Comunidad de Madrid se estaba procediendo al despliegue de la red de telemedicina, y ya se habían generalizado su uso para especialidades como telepediatría, telegeriatría, telerreumatología y teleneurología.
En Galicia, pacientes de la COVID-19 están siendo telemonitorizados por el SERGAS. Ribera Salud está realizando el 80% de sus consultas a través de YoSalud virtual. Navarra vigilará a las personas mayores de su red de residencias con un wearable para realizar controles de temperatura. E incluso en atención primaria, tan lejos muchas veces de la adopción tecnológica, se pueden leer textos imprescindibles como la entrada de Rafa Bravo en su blog.
Ya sólo queda una gestión estratégica y unificada, pero nos debe gustar construir la casa empezando por el tejado.
La nueva normalidad de la tecnología en sanidad (IV). Decepciones.
Una crisis que hemos visto cómo no ha sido aminorada por las grandes empresas tecnológicas occidentales, quizá debido como dice este artículo del MIT Tech:
Lo que se les da genial (a Silicon Valley) es crear los brillantes adornos, principalmente basados en software que hacen que nuestras vidas sean más cómodas. Pero no construyen nada, al contrario, en Occidente hay una pérdida de la capacidad manufacturera, productividad e I+D.
Críticas aparte, mientras tanto, algunas tecnologías siguen creyendo en su crecimiento en el sector de la salud, como la realidad virtual y con la salida al mercado de plataformas de telerehabilitación. El aumento de la presencia de la robótica en los centros sanitarios. O el uso de los datos masivos lo que ha llevado a un intercambio de datos sin precedentes para la investigación de la COVID19. Sobre todo en el área genómica como la plataforma Nextstrain o en la investigación en general con el COVID-19 data portal de la Comisión Europea.

Y aquí merece la pena destacar la iniciativa de HM Hospitales de poner a libre disposición de la comunidad científica internacional una base de datos clínica anonimizada con toda la información disponible sobre los pacientes tratados en sus centros hospitalarios por el virus SARS-CoV-2.
Tanto el big data, como la IA están llamados a cambiar la gestión sanitaria, pero esta gran crisis ha rebajado nuestras altas expectativas.
La nueva normalidad de la tecnología en sanidad (V). Blockchain.
Es buen momento para enlazar con el próximo artículo, al que os emplazo, para ver cómo se ha comportado la gran esperanza blanca; el blockchain en estos meses, ya que no sólo han sido startups las que han realizado proyectos con cadenas de bloques, sino también las grandes corporaciones, porque ¿cómo gestionar mejor datos abiertos o la privacidad y la seguridad que con blockchain? (pregunta retórica o no).
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Autor: José Miguel Cacho. LinkedIN
Gracias por la cita, fantástico repaso. Me gustó mucho la reflexión de MITtechreview y la mordaz crítica de Marc Andreessen a nuestro sistema de producción externalizado, en el que dependemos absolutamente de terceros incluso para producir herramientas esenciales.
Gracias por el comentario Aitor. Tengo pendiente el de Adreessen 🙁 pero creo que es una de las muchas lecciones que no deberíamos olvidar.
Un saludo y gracias de nuevo.