Antes del tsunami digital, la velocidad en el desarrollo de la tecnología dependía de ciclos estanco. Ahora en tiempos de iteraciones rápidas la validación pasa a ser un elemento indispensable de los proyectos
Contenidos “Knowledge eHealth” seleccionados para nuestros colaboradores
Aunque las iniciativas en salud digital estén en continuo crecimiento, no parece existir aún una confianza que muestre un grado de aceptación semejante por parte de los pacientes, profesionales asistenciales, pagadores y proveedores de servicios.
En un primer momento la principal barrera para su adopción por parte de las organizaciones fue la escasa validez científica de las soluciones, ahora mismo el problema parece estar en la validación de proyectos de salud digital.
¿Satisfacen las necesidades de los usuarios?
¿Tienen una efectividad clínica?
¿Proporcionan algún tipo de valor real?
Más allá de los esfuerzos de los reguladores para etiquetar a las soluciones o productos que cumplen con los requisitos reglamentarios (“Información y condiciones para la obtención del marcado CE” PDF) ahora mismo es imposible saber si una solución de salud digital está validada.
Lo ideal sería poder evaluar de forma objetiva, transparente y basándose en estándares los productos de salud digital, para aportar una mayor claridad al confuso mercado. ¿Qué opciones tenemos?
Validación tecnológica
En un primer momento podemos contar con los modelos propios de la tecnología que no se circunscriben al sector de la salud. En el caso de los determinantes para el uso y comportamiento del usuario tenemos a nuestra disposición la “Teoría unificada de la aceptación y uso de la tecnología” y también el “Modelo de aceptación de la tecnología”.
Para los test de productos informáticos y sistemas de información contamos con las “Pruebas de Validación” y el “Aseguramiento de la calidad” (QA) que en el caso de las metodologías Agile se aplica en todo el proceso y en cada una de sus etapas.

Podemos decir que esa sería nuestra base de validación tecnológica, evidentemente insuficiente, de ahí que se hayan desarrollado programas de validación de proyectos de salud digital por parte de las organizaciones que utilizan estas soluciones. Como el realizado por el NHS basado en sus preguntas de evaluación digital (Digital Assessment Questions – Beta DAQ) que sirve a los productos que quieran ser incluidos en la biblioteca de aplicaciones del NHS (“NHS Apps Library“) . Y una semejante iniciativa pionera en España es la realizada por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía.
La OMS también aportó su grano de arena en su extensa guía (“Monitoring and Evaluating Digital Health Interventions A practical guide to conducting research and assessment“)
Como anécdota también existen modelos “peer review” como RankedHealth.
Digital Health: a path to validation

Dejando por un momento la tecnología, los proyectos de salud digital están viéndose favorecidos por otro tipo de validaciones de organismos oficiales que están interesados en dar recorrido al negocio de start-ups y pymes de salud digital. Programas como eHealth Hub donde se proporcionan servicios orientados al desarrollo empresarial para empresas ehealth europeas mediante una estructura que dé apoyo a sus modelos de negocio, inversiones, comercialización, orientación legal, etc.
Pero volviendo al enunciado inicial y en vista de la gran cantidad de posibilidades en proyectos digitales (“Classification of Digital Health Interventions v1.0” OMS) hacemos referencia al artículo “Digital Health: a path to validation” publicado en Nature donde se recoge un interesante marco inicial que podría beneficiar a todas las partes interesadas en el cuidado de la salud. La evaluación técnica, clínica, de usabilidad, de requisitos y de costes, facilitará conocer el impacto de la solución digital, su calidad y valor.
Unas de las bases de este estudio de ejemplo es la necesidad de un enfoque que incluye evaluaciones independientes de los requisitos previamente bien definidos (medibles, concisos y no ambiguos). Estos variarán en función de los tipos de soluciones y sus funcionalidades (diagnóstico, monitoreo, atención sanitaria, etc.) por lo que es fundamental incorporar las preferencias de los clínicos y los pacientes afectados por la solución de salud digital en la recopilación y desarrollo de los requisitos. A continuación la evaluación se centrará en los dominios: técnico, clínico, usabilidad y costo. El marco será desarrollado en próximos estudios.

Estos contenidos son una selección del servicio “Knowledge eHealth”

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